Soy una persona de mediana edad, de mediana estatura y de mediana inteligencia. Vivo en un piso pequeño y trabajo en una empresa grande.
Mis aspiraciones siempre fueron medianas o grandes y mis conquistas (literarias), más bien pequeñas.
Hace más de diez años escribía algo casi todos los días y desarrollé varias identidades para abordar diferentes estilos. Al final, me hice un lío y opte por alejarme de las palabras o, mejor dicho, de tantas palabras.
Una de aquellas identidades fue la de Julio Viernes, como homenaje a Julio Verne y a la imaginación. Escribí una especie de libro titulado "De nuestro corresponsal en la Luna" que no era más que una serie de crónicas basadas en la observación, en las que proponía posibles o imposibles soluciones a determinados problemas de la época.
Edité unos siete u ocho ejemplares en formato "encuadernación de gusanillo" (con tapa transparente por detrás), que regalé a otros tantos amigos o familiares. El éxito fue evidente y las predicciones ... ahí han quedado, como las de un modesto aficionado a la anticipación.
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