Cualquier producto diseñado para satisfacer el "ego" de las personas tiene muchas posibilidades de resultar bien aceptado. De hecho, casi todos los mensajes publicitarios van dirigidos hacia esa parte (a veces demasiado desarrollada) de la personalidad.
Parece natural en el ser humano una tendencia a darse a conocer no a través de lo que es, sino de lo que hace, de sus obras. Continuamente deseamos dejar en los demás un (buen) recuerdo; pensar que alguien se acuerda de nosotros nos proporciona, sin duda, una agradable sensación.
Así que hemos "inventado" la excusa perfecta para seguir disfrutando (encubiertamente) de aquello que tanto nos satisface. No se trata de un producto nuevo, sino de una versión de un artículo ya existente: un marcador de páginas al que hemos llamado EGOLEC. Presenta una particularidad en relación con sus formas habituales y es que refleja el perfil de la persona que lo adquiere, sin ser un espejo.
Su proceso de fabricación es muy sencillo: el primer paso puede realizarse en cualquier establecimiento fotográfico y consiste en tomar una fotografía del rostro del cliente, pero de perfil. Una vez revelada, se envía a la imprenta donde, de acuerdo con el modelo previamente elegido, se confecciona el correspondiente Egolec. Existe toda una gama de colores, texturas y precios .
Partiendo de la misma fotografía puede obtenerse un segundo producto, también interesante: las Tarjetas de visita Egolec. Quienes las utilizan habitualmente - profesionales - siempre tratan de introducir en ellas un elemento diferenciador que las distinga de las demás - esto es, de la competencia -, ya sea en su forma, su tamaño, el tipo de letra empleado, etc.
En la actualidad, estamos trabajando en la construcción de un EGOMATÓN (no se asusten, que es inofensivo), un autómata que realizaría todo el proceso descrito anteriormente en una sola sesión. La máquina invita al cliente a introducirse en ella y a sentarse en una posición determinada, le realiza dos fotografías de su rostro (una da cada lado) y se las muestra para que elija aquella con la que finalmente confeccionará el Egolec al que, si lo desea, podrá añadir una cita literaria o una dedicatoria. Y si lo que el cliente prefiere son tarjetas de visita, sólo tendrá que introducir sus datos personales y/o profesionales y pulsar el correspondiente botón.
¿Por qué un perfil?
En principio pensamos utilizar una fotografía tomada de frente, pero nos parecía que implicaba mayor atrevimiento por parte de los futuros clientes. El rostro modifica constantemente su expresión y, por experiencia, sabemos lo difícil que resulta encontrarse con alguien que confiese verse favorecido en una fotografía: más bien es frecuente lo contrario. Así que trabajar con perfiles era la mejor alternativa; mucho más sutil y elegante y, además, menos arriesgado comercialmente. El perfil, al conformarse con muy pocos rasgos, refleja más lo permanente de cada rostro y no resulta tan difícil captar una expresión natural y relajada.
Merece la pena recordar una novela de Italo Calvino titulada "El Vizconde Demediado", en la que el protagonista aparece dividido en dos mitades: derecha e izquierda, una buena y otra mala. Todos tenemos, como el Vizconde, dos perfiles: uno bueno y otro malo (o, para decirlo diplomáticamente, uno bueno y otro mejor). Las posibilidades de que los clientes queden satisfechos son, pues, numerosas: entre dos (buenas) opciones, elegir la mejor.
Los Separadores personales Egolec pueden ser un excelente artículo de regalo: sirven para recordar al familiar ausente, al antiguo amigo, al primer amor, a los compañeros de estudios, al último amor, etc.
Apuntamos, para terminar, una interesante prestación de las Tarjetas : por desgracia, sabemos lo difícil que resulta encontrar un empleo. Pues bien, Egolec puede simplificar, cuando menos, esa tarea . Basta con enviarlas a las empresas que demanden trabajadores y si se encaja en el "perfil" que estaban buscando ... Y si no se encaja, al menos nos habremos ahorrado el engorroso trabajo de redactar un curriculum.
Romano, griego, nórdico, abrupto, enigmático, suave ...
¿Cuál es su perfil?
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