martes, 25 de noviembre de 2008

19 - EL EGOLEC

Cualquier producto diseñado para satisfacer el "ego" de las personas tiene muchas posibilidades de resultar bien aceptado. De hecho, casi todos los mensajes publicitarios van dirigidos hacia esa parte (a veces demasiado desarrollada) de la personalidad.
Parece natural en el ser humano una tendencia a darse a conocer no a través de lo que es, sino de lo que hace, de sus obras. Continuamente deseamos dejar en los demás un (buen) recuerdo; pensar que alguien se acuerda de nosotros nos proporciona, sin duda, una agradable sensación.
Así que hemos "inventado" la excusa perfecta para seguir disfrutando (encubiertamente) de aquello que tanto nos satisface. No se trata de un producto nuevo, sino de una versión de un artículo ya existente: un marcador de páginas al que hemos llamado EGOLEC. Presenta una particularidad en relación con sus formas habituales y es que refleja el perfil de la persona que lo adquiere, sin ser un espejo.
Su proceso de fabricación es muy sencillo: el primer paso puede realizarse en cualquier establecimiento fotográfico y consiste en tomar una fotografía del rostro del cliente, pero de perfil. Una vez revelada, se envía a la imprenta donde, de acuerdo con el modelo previamente elegido, se confecciona el correspondiente Egolec. Existe toda una gama de colores, texturas y precios .
Partiendo de la misma fotografía puede obtenerse un segundo producto, también interesante: las Tarjetas de visita Egolec. Quienes las utilizan habitualmente - profesionales - siempre tratan de introducir en ellas un elemento diferenciador que las distinga de las demás - esto es, de la competencia -, ya sea en su forma, su tamaño, el tipo de letra empleado, etc.
En la actualidad, estamos trabajando en la construcción de un EGOMATÓN (no se asusten, que es inofensivo), un autómata que realizaría todo el proceso descrito anteriormente en una sola sesión. La máquina invita al cliente a introducirse en ella y a sentarse en una posición determinada, le realiza dos fotografías de su rostro (una da cada lado) y se las muestra para que elija aquella con la que finalmente confeccionará el Egolec al que, si lo desea, podrá añadir una cita literaria o una dedicatoria. Y si lo que el cliente prefiere son tarjetas de visita, sólo tendrá que introducir sus datos personales y/o profesionales y pulsar el correspondiente botón.
¿Por qué un perfil?
En principio pensamos utilizar una fotografía tomada de frente, pero nos parecía que implicaba mayor atrevimiento por parte de los futuros clientes. El rostro modifica constantemente su expresión y, por experiencia, sabemos lo difícil que resulta encontrarse con alguien que confiese verse favorecido en una fotografía: más bien es frecuente lo contrario. Así que trabajar con perfiles era la mejor alternativa; mucho más sutil y elegante y, además, menos arriesgado comercialmente. El perfil, al conformarse con muy pocos rasgos, refleja más lo permanente de cada rostro y no resulta tan difícil captar una expresión natural y relajada.
Merece la pena recordar una novela de Italo Calvino titulada "El Vizconde Demediado", en la que el protagonista aparece dividido en dos mitades: derecha e izquierda, una buena y otra mala. Todos tenemos, como el Vizconde, dos perfiles: uno bueno y otro malo (o, para decirlo diplomáticamente, uno bueno y otro mejor). Las posibilidades de que los clientes queden satisfechos son, pues, numerosas: entre dos (buenas) opciones, elegir la mejor.
Los Separadores personales Egolec pueden ser un excelente artículo de regalo: sirven para recordar al familiar ausente, al antiguo amigo, al primer amor, a los compañeros de estudios, al último amor, etc.
Apuntamos, para terminar, una interesante prestación de las Tarjetas : por desgracia, sabemos lo difícil que resulta encontrar un empleo. Pues bien, Egolec puede simplificar, cuando menos, esa tarea . Basta con enviarlas a las empresas que demanden trabajadores y si se encaja en el "perfil" que estaban buscando ... Y si no se encaja, al menos nos habremos ahorrado el engorroso trabajo de redactar un curriculum.
Romano, griego, nórdico, abrupto, enigmático, suave ...
¿Cuál es su perfil?

martes, 28 de octubre de 2008

18 - LA CIUDAD DE LA MISMA HORA

¿Tiene hora, por favor? Voy a llegar tarde. ¡Cuánto tiempo sin verte! No me queda tiempo. ¿A qué hora nos vemos? ¡Cómo pasa el tiempo!
Nuestra vida gira alrededor del tiempo: su paso marca nuestra existencia como si ésta se desarrollase en un inmenso reloj. Un reloj que nunca se para hasta que, para cada uno de nosotros, se detiene definitivamente.
Todo es tiempo pero nunca tenemos el suficiente: ni para trabajar, ni para disfrutar, ni para comer, ni para dormir, ni para estar con la familia, ni para viajar ... Vivimos con prisa, con agitación. Todo nos urge. Parece que la vida se nos escapa con cada segundo. ¡Cada vez corre más este dichoso reloj!
La ciudad está llena de relojes: los hay en el lugar de trabajo, en las estaciones, en los bancos, en los gimnasios, en los parquímetros ...
Estamos sometidos a rígidos horarios: la hora de levantarse, la hora de abrir, la hora de cerrar, la hora de comer, la hora del té ... el horario del autobús, el horario del supermercado, el horario del colegio ...

¿Es que no hay ninguna posibilidad de salirse de este ritmo que nos envuelve y, muchas veces, altera; de este ritmo que nos sobrelleva? Pues claro que la hay: DETENER EL TIEMPO. Pero ...¿cómo?

Disponíamos de dos opciones: una, parar la Tierra, que con su interminable sucesión de noches y días es la que determina ese fugaz paso del tiempo; otra, hacer que su superficie se desplazase a la misma velocidad que ella en su movimiento de rotación, pero en sentido contrario.

La primera opción la descartamos por su extrema dificultad, así que nos decidimos por la segunda y, con la técnica como aliada, proyectamos llevar a cabo la mayor obra de ingeniería en la historia de la humanidad.

Unos larguísimos raíles recorrerían toda la superficie terrestre, la rodearían. Sobre ellos se colocarían unas gigantescas plataformas y en éstas se levantarían las nuevas ciudades. Poco a poco, las plataformas, desplazándose sobre los raíles gracias a unos potentes cohetes, adquirirían velocidad hasta igualar a la de la Tierra, pero en sentido contrario. Cuando llegase ese momento, el tiempo quedaría detenido. Siempre sería la misma hora: la una, las dos, las tres ...

La ciudad de los amaneceres, siempre amaneciendo, para los madrugadores; la ciudad de las puestas de sol, siempre inspiradoras, para los artistas. En la ciudad de los mediodías se instalarían los mejores restaurantes y en la de las medianoches los mejores espectáculos. Habría una ciudad para trabajar, llena de oficinas y una ciudad para dormir, llena de camas. También habría una ciudad para las eternas siestas. Una ciudad de la luz y otra de la oscuridad; una de largos veranos y otra de perpetuos inviernos.

En LA CIUDAD DE LA MISMA HORA habría tiempo para todo porque el tiempo no pasaría. Y si alguna vez nos aburriésemos, con sólo apagar los motores, daríamos una vuelta al Sol.

El tiempo: todo locura.

jueves, 2 de octubre de 2008

17 - CARTA A LOS EDITORES

Como decía Larra, "Escribir en España es llorar".
Es difícil escribir en España, sin duda: es sacrificado, ingrato, pero no imposible.
Publicar en España es más que difícil: es casi imposible. Lo saben los escritores que van de una Editorial a otra con sus versos y sus prosas , con sus trabajos y sus días. Saben que sus obras aún están incompletas; que el "fin" que ellos han puesto es sólo provisional, pues necesitan que alguien las lea.
Es difícil traspasar la invisible barrera del anonimato (aún con talento) y llegar a contemplar los propios textos multiplicados por mil, por diez mil o por cien mil, aunque seguramente muchos autores se conformarían con que sólo se multiplicasen por cien.
Cansados ya de tantas respuestas negativas, dispuestos a romper algunos esquemas y decididos a llamar la atención, hemos desarrollado un sencillo pero efectivo método que facilitará la comunicación entre escritores y editores, que les acercará; que, al menos, hará llegar la obra a la mesa del editor. Después, con un poco de suerte, la leerá y con otro poco de suerte decidirá publicarla.
CARTA A LOS EDITORES
Estimado/a señor/a editor/a:
Adjunto le remito los originales de mi última obra (1) para su posible publicación.
Sé que su tiempo es valioso y escaso. Por ello, y con el fin de facilitarle su trabajo, le envío dos modelos de respuesta (que espero sea positiva), que podrá cubrir en apenas un minuto.
Atentamente,
Fdo. El autor
(1) Especificar el género: novela, ensayo, poesía, etc.
A1. MODELO DE RESPUESTA AFIRMATIVA
Instrucciones: señale con una cruz la respuesta elegida.
Nos gustaría publicar su trabajo. Le ofrecemos:
( ) De 30 a 300 euros
( ) De 300 a 3.000 euros
( ) De 3.000 a 30.000 euros
( ) Más de 30.000 euros
( ) Un cheque en blanco
( ) Con derecho a regatear
( ) Sin derecho a regatear
A2. MODELO DE RESPUESTA NEGATIVA
Instrucciones: Señale con una cruz la respuesta elegida.
( ) Lamentamos que nuestra respuesta no pueda ser afirmativa. Tenemos cubiertas todas nuestras necesidades de colaboración.
( ) Permítanos archivar su trabajo a la espera de una ocasión para publicarlo.
( ) Su trabajo no se ajusta a nuestra línea editorial.
( ) No publicamos trabajos que no hayamos encargado previamente.
( ) No nos ha gustado nada su trabajo.
( ) Es inútil que insista.
( ) Dedíquese a otra cosa.

martes, 23 de septiembre de 2008

16 - EL ESTADO ALEATORIO

Según el Centro de Investigaciones Sociológicas, el tres por ciento de los españoles desea ocupar un cargo político. No nos extraña, entonces, que la competencia entre los candidatos sea tan feroz: "son tantos los llamados y tan pocos los elegidos ..."
De ellos, conocemos sus palabras - con las que tratan de convencernos - pero no sus verdaderas intenciones. No sabemos si el "cargo" al que aspiran les parece un medio o un fin, pero todo parece apuntar a que consideran que el fin es el cargo y el medio para llegar a él las campañas electorales (preelectorales y postelectorales). La Política se ha convertido en el arte de la "campaña permanente": siempre alerta, siempre tratando de rentabilizar "políticamente" cualquier hecho o circunstancia. La Política se ha convertido en el arte no de hacer las cosas, sino de hablar de ellas: se afirma y se promete, se niega y también se promete, pero ni lo que se afirma ni lo que se niega llegará a realizarse.
No nos extraña que las campañas resulten agotadoras: los líderes "echan el resto", se esfuerzan hasta la extenuación, pierden la voz y hasta la salud. Son capaces de dar la vida en la batalla por la victoria electoral. ¿Es esto lo que queremos? ¿Tal derroche de energías? ¿Tal exhibición de ambición? ¡No! No les pedimos tanto. Con la mitad tendríamos, probablemente, más que suficiente ... si el esfuerzo lo hiciesen en otro sentido.
Los candidatos saben, sin embargo, que ganen o pierdan, dispondrán de tres años y medio para recuperarse. Si pierden podrán hacer recuento de las bajas y deserciones, rehabilitar a los "heridos", reparar las grietas "ideológicas" abiertas en la batalla, reclutar nuevos elementos y preparar nuevas estrategias para salir triunfantes en la próxima confrontación. Y si ganan, más o menos lo mismo: ¿repetir la estrategia que tan buenos resultados ha ofrecido o diseñar una nueva? No hay tiempo que perder.
¡Cuántas energías desperdiciadas, cuántas horas perdidas! ¡No! ¡No era esto lo que queríamos!
La Democracia quizá sea el mejor de los sistemas de gobierno conocidos, pero no es perfecto. Con el tiempo nos hemos ido dando cuenta, y eso que ya nos lo había dejado dicho Platón. El reto que nos planteábamos era difícil, pero estaba claro: construir un sistema mejor. ¿Lo habremos conseguido?
El ESTADO ALEATORIO es el nuevo modelo de Estado y su forma política es la Democracia Aleatoria. Los pilares sobre los que se sustenta son dos: la Democracia y la Suerte.
El poder ya no emana del pueblo: se le ha escapado. Pero él no lo sabe. ¿Qué pide este pueblo a sus gobernantes? Tener trabajo, no pagar tantos impuestos, disponer de una vivienda digna, poder estudiar, disfrutar de una pensión justa, recibir asistencia sanitaria, que haya paz ...
¿Y quién ofrece todas estas cosas? ¿Acaso hay alguien que no las incluya en su programa? Entonces, ¿qué diferencia a unos de otros? ¿La sonrisa? ¿La ideología? ...
En el Estado Aleatorio la elección del Presidente del Gobierno se lleva a cabo en dos fases: en la primera (fase democrática) el pueblo vota libremente a uno de los candidatos presentados. Los cuatro más votados pasarán a la segunda fase (aleatoria), en la que se realizará un sorteo. En un gran bombo se introducirán cuatro bolas, cada una con el nombre de uno de los candidatos finalistas. Una mano inocente (el Rey o la Reina, si los hubiere) extraerá una de las bolas: la que llevará el nombre del futuro Presidente.
Las ventajas de este nuevo sistema son claras: en primer lugar, se elimina, en gran parte, el clima de "campaña electoral permanente". Los candidatos saben que para gobernar no necesitan ni mayoría absoluta, ni ser los más votados por el pueblo; no necesitan esforzarse tanto, sonriendo y prometiendo, y guardan sus energías para los próximos cuatro años (no vaya a ser que resulten elegidos). Es la suerte la que decide. ¿Por qué no confiar en ella si nunca se equivoca? ¡Hasta tiene sus propias leyes!
La suerte no puede manipularse; las voluntades, sí. La suerte no engaña; los políticos, a veces, sí.
¿No creen que merece la pena intentarlo?
Y que Dios reparta Suerte.

martes, 16 de septiembre de 2008

15 - EL GUIONISTA DE LA HISTORIA

"La realidad siempre supera a la imaginación".
Puede que esta afirmación tantas veces repetida sea cierta, pero no estamos demasiado seguros de que sea así. No nos parece sencillo ganarle la batalla a la imaginación, sobre todo cuando entre sus aliados figuran autores capaces de construir con ella tan grandes obras de la literatura universal.
Sabemos que para realizar una buena película, por ejemplo, han de darse algunas coincidencias favorables: una esmerada fotografía, un cuidado vestuario, unos logrados efectos especiales , unos buenos actores, un buen director ... pero sin un buen guión no hay nada que hacer. La película será, seguramente, un desastre. Hace falta un guionista capaz de escribir una historia original, interesante y convincente.
La Historia con mayúscula necesitaría hoy, más que nunca, un buen guionista.
En esta divina comedia humana ya contamos, para empezar, con el vestuario más adecuado, con los decorados naturales más espectaculares, con los mejores efectos especiales y con el más amplio plantel de actores imaginable (que somos nosotros), unos buenos comediantes que, sin embargo, no conocemos bien cuál es nuestro papel. Encontrar un buen director no será un problema - un actor es el mejor director de sí mismo -, pero nos hace falta un buen guionista, el mejor: el GUIONISTA DE LA HISTORIA.
Imagínese, sin ir más lejos, a Michael Crichton escribiendo el guión del Campeonato Nacional de Liga de Fútbol, un campeonato que despierta pasiones y que mueve millones de euros cada temporada. Imagínese la mayor incertidumbre posible en los resultados, los cruces de acusaciones entre directivos, la compra-venta de partidos, los intentos de soborno a los árbitros, las expulsiones injustificadas, los goles en el último minuto, las quinielas imposibles, los fichajes sorpresa, los intercambios de jugadores ... ¿Cabría mayor emoción? ¡Imposible! Incluso alguien tendría que representar el papel de víctima de un infarto (en realidad sólo sería una indisposición) en el transcurso del último y decisivo encuentro. No han de faltar batallas campales en un gran escenario natural (el estadio de fútbol), entre seguidores de dos equipos "rivales" (la realidad, en este caso, puede que sí sea capaz de superar a la imaginación, pero seguimos ...).
Imagínese a Victoria Holt o a Jean Plaidy, que es lo mismo, escribiendo el guión de la media-alta sociedad: matrimonios de conveniencia, bodas reales e irreales en exclusiva, separaciones, reconciliaciones, hijos naturales, puestas de largo, grandes fiestas, idilios, toreros, modelos, cantantes, nuevos ricos ...
Imagínese a Ken Follet o a Noah Gordon, que no es lo mismo, escribiendo el guión de la media-baja sociedad: inmigración, explotación infantil, marginación, pobreza ...
A Keneth Galbrait escribiendo el guión de la Economía: caídas de la Bolsa, subidas de los intereses, opas hostiles, "stocks options", pelotazos urbanísticos ...
A Frederik Forsythe escribiendo el guión de la Política: elecciones anticipadas, fraudes electorales y postelectorales, escándalos, corrupción, transfuguismo, dimisiones de altos cargos, golpes de Estado (fallidos) ...
"Si lo exige el guión" sabemos que todo será posible en esta "película". Por esta razón, no conviene dejar su confección en manos de aficionados.
Así se escribe la Historia ... con G mayúscula.

jueves, 11 de septiembre de 2008

14 - EL BANCO RESPALDO

Hay quien piensa que las orejas sólo valen para sujetar las gafas y que los libros sólo son un adorno en el mueble del salón.
La vida está llena de paradojas pero, como hace buen día, hemos decidido dar un paseo por el parque: árboles grandes, frondosos, variados, prados, flores, setos, mariposas, perros, senderos de tierra, piedras, niños jugando, niños merendando con sus madres ... Vamos a sentarnos.
¡Qué lástima! Hay quienes confunden el respaldo con el banco y el asiento con la alfombra: se sientan donde tendrían que apoyarse y ponen los piés donde tendrían que sentarse. Lástima que siendo, en general, tan jóvenes (y brillantes) hayan elegido esta costumbre para manifestar su rebeldía, su inconformismo, su deseo de cambiar el mundo ... Y mientras tanto, ¿dónde nos sentamos los demás?
Afortunadamente todo tiene solución y para este "problema" hemos inventado el BANCO RESPALDO.
Su propio nombre ya lo describe: se trata, sencillamente, de un banco que tiene forma de respaldo; da la sensación de que está semienterrado y que emerge su respaldo.
¿Y cuáles son las ventajas de este invento? En primer lugar, sirve para sentarse, que ya es importante. Y, en segundo lugar, facilita la transgresión de la tradicional costumbre de sentarse en un banco sin que otras personas resulten perjudicadas. Lo importante, en este caso, es el gesto: sentarse en el respaldo.
Así pues, al acercarse a ellos, unos verán un banco, otros un respaldo y a todos servirá por igual. La convivencia seguro que mejorará.
Hay muchas posibilidades de que el Banco Respaldo sea declarado de Utilidad Pública.

viernes, 5 de septiembre de 2008

13 - EL ESTADO SALUDABLE

Los lugares, las costumbres, los productos, las actitudes podrían dividirse en saludables y perjudiciales. Miles de años de lenta evolución deberían haber sido suficientes para que empezásemos ya a sacar conclusiones acerca de qué cosas nos benefician y qué cosas nos perjudican ... a nosotros, a otros animales, a las plantas y a la Tierra en su conjunto, considerada como un organismo vivo del que todos formamos parte.
Vamos, pues, a establecer una primera clasificación:
- Serían saludables la mayor parte de los alimentos, la mayor parte de los libros, algunas ideas y principios, algunos electrodomésticos y algunas películas.
- Serían perjudiciales el tabaco, el alcohol y otras drogas en grandes cantidades, los productos sintéticos, los pensamientos negativos, los malos humos en general, algunos electrodomésticos y algunas películas.
Basándonos en esta sencilla clasificación, hemos ideado un nuevo modelo de Estado que llamaremos EL ESTADO SALUDABLE.
Para empezar, el sistema de mercado cambiaría: el Estado pagaría a los productores de "productos saludables" (calificados así por la Comisión correspondiente) y éstos, a su vez, pagarían con una parte de sus ingresos a los consumidores que adquiriesen sus productos (saludables). En cambio, quienes quisiesen adquirir "productos no saludables" deberían pagar a sus fabricantes. Al final, el mayor beneficio lo obtienen los consumidores y los productores de productos saludables: unos en salud y otros en economía, aunque en este modelo de Estado la Economía pasaría a ocupar un segundo plano.
El Estado establecería un sueldo medio (saludable), una asignación de la cual no podría gastarse más de una determinada cantidad, previamente establecida, en productos perjudiciales. Y, además, garantizaría el abastecimiento de todos los productos durante todo el año.
Qué es el Estado? ¿Un amigo o un enemigo? ¿Un padre, un hermano, un socio o un competidor?
El Estado es, cuando menos, un amigo ambicioso. Su razón de ser ha sido siempre expandirse, conquistar otros Estados para recaudar más impuestos que le permitan continuar expandiéndose. Ese deseo, que permanece latente (aunque a veces sea evidente) parece frenado únicamente por la fuerza de las armas, por la capacidad "disuasoria" de otros Estados.
Desgraciadamente, aún no existe una visión global del mundo en que vivimos y, en cierta medida, esa expansión sigue produciéndose todos los días, sutil o trágicamente: para que nosotros seamos cada vez más ricos otros tienen que ser, por fuerza, cada vez más pobres.
El Estado es, sin embargo, ambicioso porque nosotros lo somos.
¿Qué pasaría si a partir de ahora considerásemos lo poco suficiente y lo mucho innecesario?
Seguro que viviríamos de una forma más "saludable".